Percepciones, actitudes y su rol en el proceso de apropiación de las tecnologías digitales
Escrito por Francisco Hidalgo y Carolina Pirola
A pesar de las oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales en la producción agrícola, aún persisten bajos niveles de apropiación en el campo. Multitud de investigadores y organizaciones se han lanzado en los últimos años a obtener una cifra de incorporación de esas herramientas en el sector agrícola, pero son pocos los que se aventuran a dar cifras concretas puesto que los datos varían enormemente y se basan, por lo general, en muestras parciales. Con más éxito se han estudiado las variables que influyen en la apropiación o no de las tecnologías. Los motivos van desde factores relacionados con el acceso y la experticia requerida, hasta factores técnicos como la usabilidad, la compatibilidad y la pertinencia de la información. Es importante, sin embargo, no pasar por alto el importante papel que juegan los factores psicológicos en la apropiación de tecnologías digitales, entre los que destacan: la resistencia al cambio, la percepción de similitud o compatibilidad y la confianza.
Resistencia a cambiar la forma de trabajar
Para la mayoría de productores, las tecnologías digitales son algo nuevo. En general, lo aprendido ha sido a partir de su propia experiencia y de la experiencia de otros, en un proceso de continua interacción con el campo y las personas. En este proceso se han desarrollado hábitos, costumbres y prácticas que muchos no desean cambiar. No se debe entender esto como falta de interés en la innovación; la transición hacia nuevas variedades, la incorporación de insumos químicos, la introducción de maquinaria y la exploración de nuevas formas de procesamiento evidencian una actitud innovadora por parte de los productores. Sin embargo, en el caso de las tecnologías digitales, el reto es diferente, pues más que un mejoramiento de prácticas existentes, estas tecnologías proponen una nueva forma de trabajar. Esto significa integrar el mundo digital (relacionado con la creación, recolección y difusión de información) y el mundo físico (el cultivo, la finca, los atributos de calidad del café).
Algunas formas de contrarrestar esta resistencia podrían ser diseñar las herramientas digitales de manera que guarden semejanza con las prácticas tradicionales (simulaciones digitales de cuadernos para la toma de registros, o de mercados físicos para las ventas de café, por ejemplo) o integrar las soluciones con estas prácticas sin reemplazarlas.
A mayor percepción de similitud, mayor apropiación
La percepción de similitud o compatibilidad se relaciona con la evaluación que hacen los usuarios de si las tecnologías están en línea con sus propios intereses, perspectivas y valores. En la medida en que exista una mayor percepción de similitud, existirá una mayor aceptabilidad. Por ello, las herramientas no solamente deben ser compatibles con las formas de comunicación del usuario (por ejemplo, que utilicen las mismas unidades de medida o términos regionales o locales); en un sentido más profundo, deben responder a sus necesidades y estar enmarcadas en el mismo sistema de valores. No es igual orientar una herramienta hacia la producción orgánica que hacia un sistema convencional, ya que los sistemas de producción son variados y se basan en valores diferentes.
Para que exista apropiación, los productores deben poder reconocer la existencia de dicha compatibilidad, por lo que es necesario desarrollar procesos de comunicación efectiva con el usuario si se desea llegar a una implementación efectiva de las herramientas.
Construir confianza para fomentar la apropiación
El proceso de toma de decisiones de un usuario sobre la apropiación de innovaciones digitales incluye evaluar si puede confiar en los resultados o en la información difundida por la tecnología. Por ejemplo, una percepción de falta de familiaridad con las tecnologías digitales o malas experiencias en el pasado puede sembrar escepticismo. De hecho, los procesos de desarrollo rural basados en modelos intervencionistas o colonizadores, o la falta de resultados tangibles, han creado en las comunidades rurales una postura de desconfianza frente a lo externo, tal como identificó el sociólogo colombiano Orlando Fals Borda en su trabajo con comunidades rurales de la región andina.
Además, tal como ocurre con la resistencia al cambio, para que el proceso de innovación sea exitoso, se requiere una cooperación entre las partes interesadas, y para que se pueda dar cooperación, debe existir confianza. De hecho, a menudo una tecnología no es utilizada más como resultado de una expresión de recelo hacia la organización que la promueve que por desconfianza en la tecnología misma.
Por otra parte, la falta de interacción y familiaridad con estas tecnologías puede generar una situación de bajos niveles de seguridad en las propias capacidades, lo cual también dificulta su apropiación. Es común escuchar expresiones por parte de los caficultores en torno a su falta de experiencia, lo ajeno que es el funcionamiento, por ejemplo, de los computadores o las aplicaciones digitales, y cómo esto genera una percepción de inhabilidad que los cohíbe de explorar más las tecnologías.
Se podría decir, pues, que existen al menos tres niveles de confianza que tienen un papel importante en la apropiación de las herramientas digitales -confianza en las tecnologías, confianza en las organizaciones que las promueven y confianza en las habilidades propias- y trabajar sobre los tres es un paso fundamental para que la implementación de las innovaciones sean un éxito.
Co-innovación para la apropiación
Lo expuesto anteriormente apunta a dos ideas clave: Por un lado, resalta que el proceso de apropiación de las tecnologías también obedece a factores relacionados con la forma de pensar y las actitudes que construimos. Por lo tanto, estos factores deben ser contemplados en los procesos de desarrollo. Por otro, muestra que los grandes retos de la apropiación requieren ser abordados desde un enfoque de cooperación, participación e inclusión, todos estos aspectos considerados dentro de la perspectiva de la co-innovación.
La co-innovación es un concepto desarrollado desde la sociología rural por investigadores como Elsa Berthet y Laurens Klerkx, y que surge como forma de superar las barreras de la apropiación de las nuevas tecnologías a partir de cambiar las prácticas verticales de difusión de las tecnologías, para dar espacio a un modelo horizontal, inclusivo y descentralizado en el diseño y en la aplicación de las innovaciones. Puesto que algunos de los grandes obstáculos para la apropiación de soluciones digitales tienen un importante componente psicológico, resulta fundamental que este nuevo modelo incluya a los usuarios finales, teniendo en cuenta sus necesidades, intereses y valores en el proceso de conceptualización y desarrollo de las soluciones digitales. De lo contrario, se corre el riesgo de que el grado de implementación de éstas sea limitado.