Tres dimensiones de tener en cuenta para las aplicaciones climáticamente inteligentes

Escrito por Aída Palomo - en colaboración con Revista Roast

Después de que en las dos sesiones anteriores platicamos sobre el panorama general de la intersección de la digitalización en el café y el cambio climático, así como de herramientas que han sido desarrolladas para contextos, geografías y comunidades específicas, en nuestra última sesión le preguntamos a Saurin Nanavati de Ethos Agriculture, a Kahlil Baker de Taking Root y a Hanna Neuschwander de World Coffee Research cómo podíamos escalar estas soluciones y de qué forma podía la comunidad del café empezar a ser parte de la solución frente al cambio climático. No sólo respondieron estas preguntas, si no que pusieron sobre la mesa, por lo menos, 3 dimensiones en la que necesitamos reflexionar y actuar lo más pronto posible.

Créditos: Taking Root

Créditos: Taking Root

Lo Local / Lo Global

El gran potencial de la industria del café como una solución frente al cambio climático tiene que ver con su capacidad de implementar cambios dentro de la cadena de suministro para crear impactos reales y medibles en, por ejemplo, secuestro de carbono y mitigación o adaptación. Escalar una herramienta digital, sin embargo, se hace a partir de perspectivas y objetivos de actores específicos (un tostador no desea lo mismo que un productor) y así, aunque podemos reconocer los muchos beneficios que el diseño local de una herramienta trae consigo, la inversión y el costo técnico de desarrollar dicha herramienta o plataforma le exige, para ser costeable, ser utilizada y adaptada en muchas más ubicaciones. El uso global de herramientas que han sido localmente exitosas conlleva desafíos, en particular, no lograr el objetivo deseado al no responder a las características de la nueva ubicación.

La propuesta: encontremos indicadores clave y establezcamos el impacto que deseemos para toda la industria: cuánta tierra forestal deseamos proteger, cuánto carbono debemos sacar de la cadena de suministro, etcétera. La invitación es a pensar en lo global al trabajar en lo local.

Lo tradicional / Lo digital

Las herramientas digitales conviven todo el tiempo con las soluciones que damos a nuestras actividades cotidianas y su intención es eficientarlas: hacerlas más rápidas, confiables y medibles, no simplemente sustituirlas. Digitalizar procesos en el café es tener acceso a datos, convertirlos en información y, finalmente, en conocimiento. La posibilidad que ofrece la tecnología para tomar datos que los productores han tenido y utilizado por decenas de años, crear estadísticas con ellos y procesarlos de tal forma que ayuden a escalar y generalizar el conocimiento es donde reside su potencial como herramienta frente al cambio climático. Estos modelos desarrollados con base científica, sin embargo, cobran su mayor relevancia en cuanto son confirmados por los productores, es decir, cuando ellos reconocen que esos modelos representan su realidad y entienden la información que tienen, el valor de ella y para qué pueden utilizarla. 

La propuesta: llevar a la tierra lo digital, hacerlo tangible, demostrar sus efectos y su valor reales a los productores. Facilitar los procesos para obtener información y empoderar a los productores como los dueños de ella.

El diseño / La implementación

Las herramientas que son exitosas a nivel local se caracterizan porque la comunidad fue parte de su diseño e implementación. El éxito de la adopción de una herramienta está en la creación de confianza, en asegurar que la información sea inclusiva y que la comunidad tenga voz sobre ella. Los objetivos que los diseñadores de las herramientas y los implementadores de ésta pueden ser distintos, sin embargo, tener en cuenta ambas aproximaciones no es imposible. Las comunidades productoras son socios, compañeros, y no beneficiarios. Ellos son los que, en origen, recolectan la información y alimentan las herramientas digitales. La información que producen debería empoderarlos a tomar mejores decisiones para sí mismos y para la cadena entera. 

La propuesta: si se desea luchar contra el cambio climático, los recursos contra el cambio climático deben fluir hacia la tierra, hacia origen, hacia los productores. No sólo en forma de créditos de carbono, si no en primas o en pagos en efectivo directos. Crear compromisos a largo plazo con origen, apoyarlos y dar tiempo para que las soluciones digitales puedan lograr lo que se desea.   

Esto y mucho más fue platicado durante la sesión del 22 de abril 2021. Las grabaciones están disponibles en nuestro Canal YouTube.

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